Diseño del blog y montaje de imágenes/ fotografias y videos : Mar Buelga. Textos: Olga María Ramos y colaborador@s

sábado, 21 de diciembre de 2013

Cuentin navideño: Chormel, Pargás y Rastabal: "Las esposas de los Reyes Magos" por Mar Buelga.



Como prometí, aquí tenemos la primera sorpresa navideña. Lo ha escrito mi colaboradora Mar Buelga. ¿Qué tal si se lo leen a sus niños?



“Como cada año, llegadas las fechas navideñas, en su palacio de Las tierras de la Europa más nórdica, cerca de los fiordos noruegos, el Rey Melchor le comunica a su esposa Chormel su partida anual por todos los países del mundo a repartir regalos y juguetes entre todos los niños y niñas que le han hecho llegar su carta.  -¡Qué harta me tienes con este tema!, ¿Realmente te crees que me voy a creer que vas a trabajar?. Sé que en realidad te vas de fiesta toda la noche con tus amigotes Gaspar y Baltasar.  -¿Te crees que soy tonta?- le dijo la reina consorte.

























Mientras tanto, el rey Gaspar en su maravilloso palacio de marfil en medio del asiático desierto de Gobi, preparaba su equipaje y le comentaba a su esposa Pargás que ya había llegado el momento de comenzar a prepararse para irse a trabajar, tal y como lo hacia un solo día al año -¡Ja!- gritó enfadada, la reina. “Si no supiera yo con quien te vas la noche del cinco de enero y lo que haces con tus dos “colegitas” los “soberanos” Melchor y Baltasar. ¡Que poca vergüenza!, decir que te vas a hacer regalos a los niños... ¡Menuda excusa!

En las fértiles tierras lindantes con el africano Rio Nilo, el Rey Baltasar, al igual que sus dos amigos Melchor y Gaspar, informaba a su esposa Rastabal de su inminente partida a su trabajo anual. La reina Rastabal, que así se llamaba su esposa, como ocurriera con las esposas de sus compañeros de trabajo, se enfadó muchísimo y le dijo molesta por la noticia: -”Sí, sí, ya sé. Te pasaras la noche del día cinco de enero y todo el día seis , saludando a niños y niñas, recogiendo cartas de última hora, repartiendo regalos por todo el mundo en una sola noche... ¡Pues mira!, ¡Ya no me lo creo, hombre, ya no me lo creo! Haz lo que te de la gana. Y disfruta de “Tu trabajito” junto a tus amigos.






Las tres reinas estaban tan molestas, que nada más terminar las conversaciones con sus maridos, decidieron llamarse unas a las otras. Y así lo hicieron, en tan solo unos minutos, a pesar de las lejanas distancias que las separaban, las tres en una conferencia múltiple estaban hablando y maquinando un plan, para descubrir que era realmente lo que hacían sus maridos una noche al año.


 “Pero, ¿Vosotras os creéis que se van a hacer lo que realmente dicen que hacen?- preguntó Chormel. -¡Pues claro que no!, Una de mis sirvientas me ha dicho que su novio que es español le ha dicho que el año pasado los había visto jugando en un casino de una ciudad muy cercana a Madrid- comentó Rastabal. Pues a mí, me han contado- replicó Pargás- que cada año cierran varios locales cerca de Barcelona y que allí bailan, cantan y se reúnen con amigos juerguistas hasta que amanece y se tienen que volver. ¿Qué os parece si este año, les estropeamos sus planes, acompañándolos?- comentó timidamente , Chormel la esposa del rey Melchor. -¡De acuerdo!- dijeron las otras dos soberanas” Y dicho y hecho, así se lo comunicaron cada una a sus esposos. Este año, las tres irían a “repartir” regalos con su maridos y de paso se cerciorarían de que los tres decían la verdad.


Melchor, Gaspar y Baltasar, se reunieron en la casa de su compañero Papá Noel, en Laponia. Como hacían cada año, días antes de navidad para comparar los listados de los regalos que cada uno repartiría e intentar no repetir alguno de ellos. No salían de su asombro. ¡Qué desconfiadas eran sus esposas! No se creían que cada año viajaran solo a repartir regalos. Y como nada tenían que ocultar decidieron por unanimidad aceptar ser acompañados por sus consortes en el reparto de obsequios navideños de cada mes de enero. “Pero, si nos ayudan a repartir, deben de trabajar tal y como lo hacemos nosotros en los días previos a nuestro viaje. ¿No os parece? -dijo Gaspar. ¡Nos parece bien!- acordaron Melchor y Baltasar.





Y así fue como Chormel, Pargás y Rastabal se pasaron horas y horas leyendo y clasificando las cartas con las peticiones de los niños y niñas de todo el mundo.


 Empaquetaron y colocaron millones de regalos...



Hasta que llegó el día del largo viaje que cada año hacen los tres reyes.
Se cargaron todos los regalos en los camellos y como este año viajaban los magos con sus esposas, decidieron hacerlo en sus tres aviones privados para que viajaran más cómodas.

Lo primero que hicieron al llegar las tres parejas, fue recibir a los niños que rezagados, aún no les habían mandado sus cartas.
Todos estaban muy nerviosos, ya que además de a los Reyes Magos, iban a conocer a sus tres esposas, las reinas. Chormel, Pargás y Rastabal.

Así llegó el día de la cabalgata. Ese año muy especial, pues habría seis carrozas. Todos los niños y hasta los mayores estaban entusiasmados.

Y al fin llegó la noche de la entrega de los regalos.
Sus majestades comenzaron con el reparto de los obsequios acompañados de sus esposas.
Como el trabajo era muy duro, los reyes hicieron escaleras mágicas para subir a las casas más altas.
Y así fue como a la mañana siguiente todos los niños y niñas recibieron sus regalos de reyes y uno más por cada una de las esposas. Todos estaban encantados con la nueva idea.
Además, como cada año hacen Melchor, Gaspar y Baltasar, en la mañana del día 6 de enero, visitaron un montón de colegios, asociaciones de vecinos, residencias de ancianos y hospitales a los que prefieren ir con la luz del día. Este año acudieron además las tres reinas. Y todo el mundo se hacía fotos con ellos e incluso les pedían autógrafos.  




Después de terminar con la entrega de los regalos, las tres parejas se fueron juntas de vacaciones, ya que el trabajo fue muy duro y estaban muy cansados.
Los seis se habían recorrido en un solo día y una sola noche los cinco continentes repartiendo sus regalos.
Y las tres reinas estaban tan cansadas que decidieron que el próximo 6 de enero volvería a ser: “El día de los reyes Magos” y que ellas se quedarían tranquilamente en su casitas.


  Y colorin colorado, este cuento se ha acabado. O quizás no fue un cuento y ocurrió de verdad. ¿Alguno de vosotros recordáis este año especial?






©Mar Buelga 2005

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