POLLO CON TOMATE “EL ÁGUILA DE FUEGO”

Ponerle “El Águila de fuego” es para seguir la costumbre de combinar nombres de cuplé y revista con nuestras recetas. Quizás podría quedar bien, añadir algo de pimienta que justifique el título elegido, pero si hay niños, ni se os ocurra, claro que si son mexicanitos seguro que estarán ya habituados al picante.

Ilustración para "El águila de fuego" obra de Olga María Ramos ©2012

 La preciosa Revista “El águila de fuego” la estrenó Celia Gámez en el Teatro Maravillas de Madrid el 19 de enero de 1956.

Celia Gámez en El águila de fuego. Portada de la revista Triunfo

El catedrático y "revistólogo" Juan José Montijano
posa delante del cartel original de "El águila de fuego"

 La música corrió a cargo del gran compositor Francis López, habitual de los espectáculos de Luis Mariano y el libreto lo escribieron Arturo Rigel y Francisco Ramos de Castro. El éxito fue extraordinario logrando equipararse a Las Leandras, La hechicera en Palacio o Yola. Les sugiero que antes de ponerse a cocinar, vean este finísimo tema musical en el arte y gracia de la excelente artista Concha Velasco. Pertenece la escena a la serie “La Revista Musical Española” de Fernando García de la Vega, al
que admiro profundamente.

                 

             

  Programa de mano de la revista. 

 Esta receta se puede elaborar de dos formas:
Una, con salsa de tomate casera y otra con salsa de tomate de bote, pero eligiendo la que ponga “casera” que lleva cebolla y ajo. Si no tenemos tiempo, elegimos la segunda opción y, os aseguro que también queda muy rica.

¿Comprado o casero?, Podéis elegir

Le pedimos al pollero que nos parta como 1 kilo de contra muslos de pollo a los que, previamente, les habrá quitado la piel y toda la grasa que tuvieran (personalmente los prefiero a la pechuga que siempre es más seca)
Al llegar a casa los lavamos bien y los ponemos en un escurridor para que suelten bien el agua.

Contramuslos de pollo

                                                                  VERSIÓN LARGA

Tenemos que preparar la salsa de tomate así que colocamos al fuego una sartén amplia o cazuela ancha, y echamos 4 cucharadas de aceite de oliva virgen español. Cuando esté caliente, se echan 4 dientes de ajo pelados y aplastados, una cebolla grandecita muy finamente cortada, los pimientos en cuadraditos y dejamos rehogar a fuego medio hasta que todo esté pochado.

Comenzamos el sofrito con ajo, cebolla y pimiento

 Mientras se hace la fritada, ponemos agua y cuando hierva escaldamos los tomates en tandas contando 10 segundos de cada vez y se van colocando en agua fría. si les hemos dado un corte ligero en forma de cruz se pelaran estupendamente.

Escaldamos los tomates

En este punto añadimos el pollo

Una vez todos pelados, los cortamos en pedacitos y echamos en la cazuela o sartén cuando, como he dicho, las verduras estén pochadas. Dejamos cocinar a fuego medio unos 30 minutos. Hay quien prefiere pasarlo por la batidora, eso va en gustos.

Entonces echamos todo el pollo, se sube el fuego de medio a fuerte y se mezcla bien, cuando se ve que se está friendo con fuerza se baja a fuego medio. Cuando el pollo esté tierno, 45 minutos más o menos, ya tenemos nuestro pollo con tomate. Es el momento de añadir azúcar y sal al gusto de cada cual.

La receta finalizada. ¿A qué tiene buena pinta?

                                                                VERSIÓN CORTA

Pimientos Martínez

Perejil

Ponemos un recipiente igual al anterior y en 2 cucharadas de aceite echamos 4 dientes de ajo pelados y aplastados. Bajamos el fuego para que se queden bien dorados sin arrebatarse porque amargarían. Una vez doraditos, se echa todo el pollo y se da vueltas mientras se sube el fuego que se bajará a los 5 minutos rehogándolo unos 20 minutos. Añadimos media lata de pimientos rojos en tiras tipo Martínez y algo de perejil. Se revuelve bien.
Es entonces cuando se echa el contenido de los dos bricks o latas de tomate frito casero de 350 g cada una.

El resultado es el mismo. ¡Qué aproveche!

En este caso el tomate de lata o de bricks

Se revuelve bien y se deja una media hora más, moviendo la cazuela de vez en cuando con movimientos suaves y circulares. ¡Bon appétit!