No podía abandonar México sin cumplir aquellos mandatos que su curiosidad y sus recuerdos le imponían. En primer lugar se dirigió en compañía de su almógrafa, Patricia A. Llaneza, a la casa museo de Frida Kahlo, la pintora mexicana de las anchas cejas y coloridos atuendos que se ha convertido en un ícono de la fuerza femenina que alcanza sus metas más preciadas a pesar de las incontables vicisitudes que la vida le plantee.
Olga respirando arte y energía de la gran Frida Kahlo en el jardín que fue de la artista.©Llaneza Photo |
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En la calle de Londres, en el antiguo barrio de Coyoacán, las dos visitantes entraron en contacto con el mundo privado de aquella mujer-mito que llena con su sola figura un momento crucial de la historia mexicana. Entre los muros de aquella casa se respira el amor y la tragedia, la inspiración y la fuerza de aquel ser que supo imprimir pasión y coraje a su vida y a su pintura.
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La silla de ruedas de Frida..©Llaneza Photo |
La cama de Frida, silente compañera de la artista en sus largas horas de dolor y pintura. .©Llaneza Photo |
Patricia captó con su móvil esta imagen de Olga reflejada en el espejo con el que Frida realizaba tantos y tantos autorretratos. .©Llaneza Photo |
Los materiales de trabajo de la pintora. .©Llaneza Photo |
El siguiente punto a visitar fue un sitio emblemático de la Ciudad de México; punto de encuentro de la fe Mariana: La basílica de Guadalupe. En 1978 Olga había estado allí; sin embargo ahora la realidad era otra; la antigua basílica lucía apagada al faltarle el objeto central del culto: la imagen de la Virgen plasmada de forma milagrosa en la tilma de Juan Diego.
Basílica de Guadalupe. .©Llaneza Photo |
México ama y amará eternamente a Rocio Dúrcal |
Y que mejor para rendirle homenaje a nuestra querida Rocio que escucharla cantando precisamente una bella ranchera.
Maravilloso el espectáculo con el que nuestras viajeras se encontaron al salir de la basílica. .©Llaneza Photo |
Uno de aquellos danzantes le entregó sus viandas a Olga. .©Llaneza Photo |
Olga y el "obsequiador" fueron captados por la lente rápida de Patricia A. Llaneza |
Y huyendo de la lluvia que amenazaba darnos un buen remojón, nos refugiamos en el automóvil para dirigirnos a un sitio de proverbial tradición en la Ciudad de México: El Café Tacuba.
Olga feliz "prisionera" de los recuerdos del emblemático café Tacuba. .©Llaneza Photo |
Este restaurante fundado en 1912 ha sido lugar de encuentro de intelectuales y artistas a largo de su historia. Según nos contó Olguita, su madre Doña Olga Ramos, siempre que interpretaba el chótis Madrid, narraba a los espectadores que en ese local se reunían refugiados españoles.
También, solía acudir el maestro Lara y de tanto escucharlos hablar de su tierra largamente añorada, escribió el Chótis Madrid sin conocerlo. Así lo contaba doña Olga cada noche en su local “Las noches del cuplé” y ahora su hija, lo incluye indefectiblemente en todos sus espectáculos.
Olga se emocionó al entrar allí y comprobar puntualmente aquella descripción que su madre le hiciera del restaurante cuyas paredes ostentan vistosos azulejos de Talavera.
Comimos excelentemente bien mientras Olga, la mirada perdida en lontananza escuchaba seguramente en su interior la voz de su madre y se imaginaba, a través de ella, al maestro Lara en amena tertulia con aquellos hombres que, perdida la posibilidad de retorno a la patria, la evocaban con nostálgico amor.
¿Qué tal si escuchamos y recordamos nosotros tambien al maestro Lara en una de sus composiciones?
Después, Olga pidió a Patricia, que le hiciera algunas fotos teniendo como marco aquel espacio que era ahora para ella una realidad mágica proveniente del pasado.
Patricia y Lourdes en el Café Tacuba. ¡Qué gusto ver las caras de "nuestras" cronistas en forma de texto e imágenes , ¿verdad? |
Las “almografías” fueron estupendas, el pintoresco decorado del lugar sirvió de marco para que la prestancia de Olga se plasmara una vez más.
En todos los rincones del Café Tacuba se respiran aires de otros tiempos. .©Llaneza Photo |
Cerámicas de Talavera, muebles coloniales, bellos forjados... .©Llaneza Photo |
La misión del día había sido llevada a cabo satisfactoriamente.
Olga había seguido a lo largo de la jornada las huellas que la historia, la amistad y la evocación materna habían impreso en su alma.
Vuelve, Olga, vuelve pronto…
Y para terminar con esta última de las crónicas del maravilloso periplo de Olga por tierras mexicanas, que mejor que hacerlo con un video en el que nos interpreta el tema que hace años su padre "El Cipri" compuso para que su madre lo cantara al finalizar su estancia en México. Una preciosidad, una bella despedida, tan solo un hasta pronto.
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