SEMBLANZA
Olga María Ramos, nace madrileña de la unión de la insigne cantante y violinista Olga Ramos y el gran compositor Enrique Ramírez de Gamboa, El Cipri.
Su gran musicalidad hace que sus padres -que no la querían artista- acaben por claudicar y Olga Ramos le enseña el difícil arte del cuplé.
Desde el año 2.000 combina sus conciertos con sus conferencias cantadas que la llevan por los escenarios y foros culturales más prestigiosos:
BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA, INSTITUTO CERVANTES, SGAE, CASA DE AMÉRICA, THALÍA THEATRE DE NUEVA YORK, TOMAS JEFFERSON AUDITORIUM Y GUNSTON ARTS CENTER THEATRE DE WASHINGTON UNIVERSIDAD DE VERANO DE CASTILLA Y LEÓN, UNIVERSIDAD DE TALENCE (BURDEOS), UNIVERSIDAD MODELO DE MÉRIDA (MÉXICO), UNIVERSIDAD MURCIA, UNIVERSIDAD CARLOS III Y FACULTAD DE EDUCACIÓN DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, REAL CONSERVATORIO SUPERIOR DE MÚSICA DE GRANADA, REAL ESCUELA SUPERIOR DE ARTE DRAMÁTICO DE MADRID, TEATRO SCALA DE SAN TELMO Y CENTRO CULTURAL JORGE LUIS BORGES DE BUENOS AIRES, MUSEO DE BELLAS ARTES DE ASTURIAS, SALA DE CÁMARA DEL AUDITORIO PRÍNCIPE FELIPE DE OVIEDO, ATENEO JOVELLANOS DE GIJÓN, ATENEO DE MADRID
E INFINIDAD DE TEATROS COMO EL RAFAEL ALBERTI DE HUÉRCAL OVERA, BELLAS ARTES DE TARAZONA, LOPE DE VEGA, LATINA ARENAL DE MADRID O PRINCIPAL DE ZAMORA, ISABEL LA CATÓLICA DE GRANADA, CENTRO DE LAS ARTES ESCÉNICAS DE OLMEDO, AULAS CULTURALES DE CAJA MURCIA, IBERCAJA, CAJA MADRID, CAJA ESPAÑA, ETC…
Escritora, compositora y cantante ha redactado el libro “De Madrid al Cuplé” que el periodista Tico Medina califica como la Biblia del Cuplé. Sin duda, Olga María Ramos es la intérprete e investigadora más representativa del Cuplé
ESPECTÁCULOS "DEL CUPLÉ A LA REVISTA”
Espectáculo estrenado y grabado para su último CD en el Teatro Isabel la
Católica de Granada con
la Orquesta Sinfónica Ciudad de la Alhambra
DISCOGRAFÍA:
MENSAJES
- ENTRE CUPLÉS Y CANCIONES - DE MADRID
AL CUPLÉ
DE MADRID AL
CHÓTIS - PURO CUPLÉ - CUPLÉ
DOS GÉNEROS MARAVILLOSOS QUE SE ENTRELAZAN
EN EL ESPECTÁCULO MÁS ALEGRE, PICARESCO Y ROMÁNTICO
INTERPRETADO, CREADO Y DIRIGIDO POR OLGA MARÍA RAMOS
NÚMEROS DE REVISTA
LAS TAQUIMECAS, HOCHATERA
VALENCIANA, LOS NARDOS, EL PICHI, BANDERITA,
EL BESO, LA LOLA, JAVA DE
LAS VIUDAS, CON UNA FALDA DE PERCAL PLANCHÁ…
CUPLÉS Y CHÓTIS
VEN Y VEN, TÁPAME, LA CHICA DEL 17, LA PULGA, EL
PULVERIZADOR, NENA,
LA VIOLETERA, DOÑA MARIQUITA, MALA ENTRAÑA, LA CHULA
TANGUISTA,
MANIQUÍ, COLÓN, 34, SUS PÍCAROS OJOS, TÚ NO ERES
ESO, EL RELICARIO,
MADRID, LAS TARDES DEL RITZ, AY, CIPRIANO, S.M. EL
CHÓTIS,
"EL CUPLÉ, CRÓNICA DE UNA ÉPOCA", "OLGA RAMOS, ESENCIAL" ,
"JUAN MARTINEZ ABADES, PINTOR DE CUPLÉS" "Y LO QUE RAQUEL MELLER SIGNIFICÓPARA EL CUPLÉ Y VICEVERSA”
D. Antonio Mingote - Dibujante, escritor, académico de la lengua y periodista.
- Si Olga María Ramos hubiera nacido cien años antes habría podido con todas. Sin duda, Olga hace una labor reconstructiva con el cuplé
D. Luis Aguilé -Cantante, compositor, escritor y productor
- Olga María Ramos es “Musa de la Gran Vía”
- Me fascinó verla en Buenos Aires. Me declaro su fan incondicional como lo fui de su entrañable madre la gran OLGA RAMOS.
D. Alfredo Amestoy -Periodista, escritor, realizador
- Olga María Ramos hace que los cuplés y chótis se nos peguen a la piel. ¡Sublime su interpretación de “Nena!
- ¡Genial hija de genio!
- Su libro “El Cuplé, crónica de una época” es la Biblia del Cuplé.
Dª Cuca Alonso -Periodista
- Siempre he sido muy perfeccionista por eso ahora, tras muchos años de aprendizaje, ya puedo asegurar que Olga María Ramos es mi sucesora y a ella lego el preciado tesoro del cuplé.
SIN DUDA, OLGA MARÍA RAMOS ES EN LA ACTUALIDAD
LA INTÉRPRETE E INVESTIGADORA MÁS REPRESENTATIVA DEL
CUPLÉ
OLGA MARÍA RAMOS, “EL CUPLÉ, CRÓNICA DE UNA ÉPOCA”
CONFERENCIA CANTADA EN EL PALACIO DE REVILLAGIGEDO DE
GIJÓN
CUCA ALONSO (LA NUEVA ESPAÑA)
Gijón- 19/03/2006
EL
APOTEOSIS DE OLGA MARÍA RAMOS
En medio de
las escasas pausas de silencio que se produjeron en la colegiata de San Juan Bautista, en la noche del viernes, oí a una
espectadora comentar, «Ojalá todas las conferencias fueran como ésta». La señora
en cuestión acababa de inventar la cuadratura del círculo, pensé.
A ver cuántas
personas entran en docena, que aparte de estar provistas de una buena erudición
relacionada con un tema popular o seductor, además lo canten y lo bailen,
bromeen, y se interrumpan a sí mismas para ofrecer oportunidad al
público de participar. En fin, que Olga María Ramos dejó a la numerosa audiencia encantada de la vida
y no digamos nada a sus mentores, la directiva del Ateneo Jovellanos.
En uno de sus
muchos comentarios al margen del asunto, Olga
María Ramos, dijo: «Por favor, no veáis la televisión basura; no
sólo es degradante sino que quita oportunidad a los verdaderos artistas de
exhibir su talento».
Creo que el
orden no era ése, es decir, la basura no debería ocupar pantalla por un mínimo
sentido de responsabilidad, ética y, hasta si me apuran, estética, en el
sentido cínico de Oscar Wilde. Pero,
invirtiendo los conceptos, causa-efecto, el espectáculo ofrecido por la
señora Ramos sí que nos sirve de ejemplo de cómo se puede tener al
respetable entretenido y feliz, viviendo un par de horas pendiente de una
mujer.
Vamos con
ella. Olga María Ramos, hija de la
popular cupletista del mismo nombre, es alta, guapa, simpática, culta,
artista... Un cursi la calificaría de perfecta show-woman. Su edad se
suspende en la incertidumbre, digamos que se columpia entre los 50 y los
60. Ella solita ocupó la tribuna, previa presentación de Carlos José Martínez, «Ya verás, es
deliciosa», me había advertido. Como atrezo, un par de mantones de
Manila, que fueron de su madre, y varias boas de marabú que trajinó de acá para
allá según su antojo. En una esquina, René, el técnico de sonido que tuvo
muy poco que hacer; el resto, insisto, dos horas a puro pelo de caballo, que
dejaron sabor a poco.
La
conferencia, bajo el título «La magia del cuplé», se distribuía en un resumen
histórico, una relación de los intérpretes más notables y, por último, en
mostrar lo más destacado del repertorio. Yo no sé si Olga María Ramos tiene el guión de su... Más que llamarlo
conferencia creo que debería calificarse de espectáculo. ¿Se acuerdan ustedes
de Nacha Guevara? Por esa línea
avanza esta mujer. Bien, quizá ese guión lo tenga bien pensado y medido y sólo
una mínima parte obedezca a la improvisación, pero sea como sea, el resultado
es genial. Tan pronto se refería a su madre, hija de un militar que, ante la
vocación artística de la pequeña Olga,
le hizo estudiar violín, canto, declamación y baile; como se remontaba a los
tiempos de la reina del cuplé, La
Fornarina, para trazar su biografía de éxitos y penalidades: tuvo el mundo
en sus manos, pero había sido muy desdichada en el amor.
Supimos cosas
de Pilar Cohen, de La Chelito, Raquel Meller, Pastora
Imperio, La Argentinita... Y lo
mejor de todo es que al citar las especialidades de cada una de ellas, Olga María Ramos las mostraba entonando
lo correspondiente, sin más acompañamiento que su gracia. Obvio decir que los
aplausos la interrumpían sin cesar.
Tuvo palabras
de total reconocimiento para el pintor gijonés Martínez Abades, al que se deben buena parte de los cuplés más
célebres, siendo autor de letra y música. En su homenaje, Olga María Ramos se colocó uno de los
mantones y, dentro del más puro estilo castizo, cantó aquel memorable «Ay,
Cipriano, Cipriano, Cipriano, no bajes más la mano, no seas exagerao...».
El
apoteosis.
OLGA MARÍA RAMOS EN MÉRIDA |
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Domingo, 6 de Febrero de 2011
Con sorpresa y satisfacción recibimos el anuncio de la actuación en esta ciudad de Olga María Ramos, la gran cupletista madrileña, figura emblemática de dicho arte que pese a su nombre extranjero (couplet) hoy es considerado genuinamente español. Y ha sido la Liga de Acción Social, al celebrar su 102 aniversario, la autora de ese gran regalo a los meridanos, amantes de las diversas manifestaciones del arte lírico español, quienes nunca imaginamos ver en persona a Olga actuando en nuestros escenarios, lo cual constituye un caso irrepetible que mucho agradecemos a quienes lo hicieron posible. Tuve la suerte de asistir a las dos diferentes actuaciones ofrecidas por esa estrella del cuplé: a la interesantísima charla didáctica en la Universidad Modelo, dedicada con gran éxito a los alumnos del plantel; y al concierto formal de la noche siguiente, en el Teatro Daniel Ayala, repleto en su totalidad. En su charla universitaria, Olga habló y cantó, ofreciendo magistral información y demostración de las singularidades propias del arte del cuplé, que requiere en su variada temática particular énfasis en la interpretación no sólo de los números pícaros, frívolos y sensuales, sino también de aquellos sentimentales y hasta dramáticos. No es lo mismo -señaló- interpretar "La Chica del 17", que la patriótica "Madelón", o la dramática "Cruz de Guerra". Y así, en sus desplazamientos por el escenario, cantando y bailando schotiss, tangos, fox-trots y pasacalles, Olga Ramos, con gracia sin par, nos mostró su hábil manejo del abanico y sobre todo del mantón de Manila, habiendo exhibido algunos ricos y coloridos ejemplares de esta típica prenda española. Y algo muy importante en sus actuaciones: la cupletista trajo como pianista acompañante al excelente ejecutante Pablo Jiménez, el mismo que la secunda en Madrid.
Ya de retirada, debemos señalar que hablar
de la graciosa Olga Ramos, que nos hizo reír con sus interpretaciones de
"Cipriano" y "Las Tardes del Ritz", es referirse a dos
personas del mismo nombre, es decir madre e hija -la iniciadora (hoy
desaparecida), llamada la Reina del cuplé, y la discípula-, que desde hace
varios años han sostenido la pervivencia del cuplé en la capital de España,
pero del verdadero cuplé, ya depurado y "destilado". Podemos
asegurar que ambas, con el peculiar estilo de cada una, han sido estrellas de
primera magnitud. Nos consta pues en años pasados las vimos actuar en su
conocido local de la calle de la Palma, en Madrid, atiborrado siempre de
espectadores y turistas.- Mérida, Yucatán. emeroteca@sureste.com ----- *)
Cronista de Mérida
EL TEMPLO DEL CUPLÉ
Crónica posible de un tiempo futuro
México. El
Universal Ilustrado
6 de noviembre de 1912
Imagina, querido lector, que el progreso que ciertamente
augura el presente siglo permitirá al hombre viajar por el tiempo, hacer del
pasado y el porvenir un instante único y eterno. Imagina, digo, que tu vida
presente será conocida de forma simultánea por las futuras generaciones ¿cómo
te verán tus hijos, tus nietos, biznietos, tataranietos y choznos? Valdría la
pena entonces recapacitar acerca de tu comportamiento y enderezar la ruta. Por
ejemplo: Te has puesto a pensar que dirían tus herederos si pudieran ver tu
conducta licenciosa atisbando en los más sórdidos sitios del Paralelo de
Barcelona los tobillos y muslos de las cupletistas en boga?
Tomemos este ejemplo como tema de
reflexión. Imaginemos —sígueme sin pestañar— que viajamos en el tiempo unos…
cien años, en pleno siglo XXI, y que descubrimos embelesados a una de las más
ilustres herederas del cuplé. Su nombre: Olga María Ramos.
Déjate llevar, querido lector por
las callejas empedradas de un pintoresco barrio de Coyoacán; camina conmigo por
las veredas de un parque bordeado de añosos árboles; respira el aire frío de
una tarde otoñal y déjate conducir a una rica mansión señorial donde esta noche
dictará una conferencia cantada la más preclara conocedora del mundo del cuplé.
Sí, de ese género en el que apenas reparas, más preocupado por tu lívido que
por los valores intrínsecos de un género que, bien cantado, acaricia el alma y
enaltece el espíritu.
La dama en cuestión es una bella y
distinguida señora. En ella lo más subyugante y conmovedor son sus ojos
profundos, de una hondura inquietante. Cuando te mira, parece traspasarte y
perderse en un más allá ajeno al aquí y al ahora que la rodea; pero cuando
canta, esos mismos ojos son un diálogo abierto con sus oyentes; más allá de las
palabras son ellos quienes dan la pauta de intencionalidad al cuplé.
Su cabello rubio que adorna con una
flor, cae en ondas sobre sus hombros. Sus manos, sumamente expresivas, hablan
al cantar de ternura, impotencia o dolor; pero también saben ser absolutamente
sensuales y sugerentes. Las inflexiones de su voz recorren toda la escala
espiritual. Esa voz sabe ser violenta o acariciadora, tierna o doliente, mordaz
o cándida según la naturaleza de la canción en turno.
Su cuerpo, de porte elegante, rezuma
majestad, y las plumas y mantones con los que da un toque de color a su vestido
negro caen sobre su figura con la naturalidad que sólo se consigue tras largos
años de ejercicio.
Con lo que queda dicho bastaría
para garantizar el éxito de la aventura, pero aún queda mucho trecho por andar.
Además de una extraordinaria cantante Olga María Ramos es una erudita musical.
Si vieras querido lector ¡cuánto sabe de este mundo que tú y yo compartimos!
Sin pretender abarcar el contenido
total de la charla que estamos a punto de escuchar voy a darte algunos
pormenores que sin duda picarán tu curiosidad.
Olga María centrará su atención en
ciertas figuras emblemáticas del género: La Goya, La Fornarina, María Conesa y Raquel Meller. A estas tú las
conoces bien; te has engolosinado con sus voces, te has refocilado en su
anatomía, has contribuido lamentablemente a la particular tragedia de cada una
de ellas.
¡Silencio! No incordies con
réplicas exculpatorias que ahora la conferencista va a hablar del cuplé. Ya sé
que tú preferirás seguramente aquellos cuplés picantes como “La regadera”,
aquel, sí, no te hagas el inocente, el del jardín “sequito” “sequito” o el de
“El ojo de cristal” con el que más de una vez te habrás desternillado de risa.
Pero hay que ver que el cuplé se inclina también por lo finolis como “Flor de
té”; por la muerte trágica como “Nena” o “El relicario”; por las escenas
heroicas como “La cruz de guerra”; por los amores frustrados, como aquel de
“Bajo los puentes del Sena” o el de “Amor de muñecos”; por las historias de
modistillas como “Capote de paseo”. Todo —dice Olga María— lo abarca el cuplé:
diferentes ritmos, temas, intenciones…
Sí, ahora ya empieza a quedarte
claro que el cuplé no es sólo el pretexto para ir a ver pantorrillas. Mira, te
lo pondré de esta manera: el cuplé es como la ópera; uno no acude una y otra
vez a ver Tosca esperando que algún
día esta no salte fatalmente de las almenas del castillo; uno acude a ver la
pieza para valorar el canto, para justipreciar la interpretación, en última
instancia para comparar, exaltar o condenar. Pues lo mismo ocurre con el cuplé;
y es precisamente la impecable ejecución de diversos cuplés que hace Olga María
la que habrá de darte la instrumenta necesaria para aprender a escuchar más
allá del dolor o de la picardía que constituyen la cara externa del cuplé.
Pero cato que hay una cupletista
que ni tú ni yo conocemos, una mujer que supo hacer del cuplé un templo; se
llama Olga Ramos, la madre de nuestra conferenciante. Con Olga Ramos el cuplé
adquirió prestancia y dignidad, ella lo enriqueció y dignificó, lo hizo dúctil,
precioso y perfecto.
En ese 2012, para nosotros tan
imposible por lejano, su hija es la nueva vestal de ese templo donde respira,
vivo para siempre, el cuplé.
Despidámonos, amigo lector
tarareando juntos aquel cuplé que hizo inmortal a Raquel Meller: “La
violetera”.
Consuélate lector, el cuplé vivirá
más allá de ti y de mí, más allá de los tiempos gracias a los esfuerzos de un
ser como Olga María Ramos.
Lourdes Franco Bagnouls.
6 de Noviembre de 2012
CONTRATACIÓN E INFORMACIÓN
cuplemania@gmail.com y 00 34
610221263
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Gracias Mar por esta labor generosa y silenciosa, llena de arte y creatividad. Me ha emocionado contemplar las caras de amigos tan queridos, algunos ya no están, y que quisieron opinar de esta "especie en peligro de extinción"
ResponderEliminarCuantos años llevan extinguiendose los lobos??? con el cuplé pasará lo mismo... tu ya has dejado la semilla para futuros cupleadictos. Gracias por dejarme colaborar en la Salvación del cuplé-oso asturiano.
ResponderEliminarMi bella emperatriz de la Gran Vía, entraste en mi vida sin avisar, como quien dice por casualidad y ya me tienes enganchada hasta las cejas... ¿cupleadicta? No. Sin duda: Olgadicta (por las dos líneas) Un bello blog para soñar con tiempos mejores y los que han de venir. Un fuerte achuchón.
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