Como hemos hecho en alguna ocasión anterior, les invitamos a un grato paseo por el Madrid de principios del siglo XX.
La Villa y Corte contaba por aquel entonces con muchos cafés donde se reunían lo más granado de la intelectualidad. Muchos estaban en la Puerta del Sol y sus aledaños.
Uno de los más renombrados fue el Café de la Montaña llamado así porque su propietario Martín Lavín Cecín, había nacido en Santander.
Se ubicó en el mismo lugar donde había estado el Café Imperial y donde, aún más atrás en el tiempo, estuvo la antigua Iglesia del Buen Suceso, desaparecida con la remodelación de la Puerta del Sol que tuvo lugar entre 1857-1862.
Fachada del Café de La Montaña |
Pues bien, tres años después del cierre del Café Imperial, el más grande de Madrid, se inauguró el 15 de abril de 1896 el Café de la Montaña.
Tenía dos entradas: una por Alcalá al lado del acceso al Hotel París y otra por la Puerta del Sol.
En una época en que no existían las neveras, este café tenía fama de enfriar las bebidas con un sistema secreto que aún nadie ha averiguado… y no era con hielo…
Pero hablando de frío, al Café de la Montaña se le empezó a llamar el Café de la pulmonía por la corriente que se establecía al abrir sus puertas ya que tenía nada menos que 16.
Era este un café, confortable y muy bien decorado, con grandes espejos que cubrían sus paredes, veladores de mármol y sillas tapizadas en un rojo intenso a juego con los divanes.
Interior del café de La Montaña |
Don Ramón María del Valle Inclán con su brazo izquierdo amputado |
Estaba disertando Valle con su vehemencia acostumbrada, cuando su amigo el periodista Manuel Bueno, otro contertulio, empezó a discrepar con él.
Don Ramón tomó una botella con clara intención de estampársela en la cabeza; al intentar detener el botellazo, Bueno golpeó con su bastón en el brazo a Valle Inclán y uno de los gemelos de su camisa se le clavó produciéndole una herida que días después, tras gangrenarse, obligó a la amputación de su brazo izquierdo.
Aquello fue algo muy sonado y, ciertamente, absurdo y con unas consecuencias gravísimas.
Valle Inclán en uan de sus populares tertulias. Desconocemos si en el Café de la Montaña |
Más volvamos a la intelectualidad; por este café pasó toda la generación del 98.
Algunos miembros de la Generación del 98 en un café. ¿Quizás el que hoy nos ocupa? |
Me pregunto si los que ahora acuden a esa poderosa multinacional que ocupa el espacio del Café de la Montaña, sabrán que por allí pasaron mentes tan preclaras.
Siempre me producirá tristeza la desaparición de locales como este o el mismo Hotel París que en su momento fue el primero de los grandes hoteles de la ciudad.
De la existencia del Café de la Montaña, queda constancia gracias a una de las Placas del Plan Memoria de Madrid que se encuentra situada en la fachada que da a la calle de Alcalá:
"Aquí estuvo el café de La Montaña, lugar de tertulia del escritor Ramón del Valle Inclán"
Placa del Plan de Memoria (La foto no es muy buena ya que esta extraída de un reportaje de Telemadrid) |
Foto del Café de la Montaña abierto. ¿Verdad que era bonito? |
¿Les gustó este rincón madrileño? Pues no se alejen mucho que pronto les invitaremos a visitar otro…