CUANDO LA FUSIÓN ACABA EN CONFUSIÓN. Reflexiones de una cupletista

¿Fusión o confusión?

Con el pretexto de modernizar viejas músicas (y digo lo de viejas en el mejor sentido) hay quien opta por hacer fusión: bolero fusión, copla-fusión, flamenco-fusión, cuplé-fusión…















No me niego a ciertas innovaciones cuando se hacen con talento. Me encanta escuchar a Bebo Valdés y Diego el Cigala

El Cigala y Bebo Valdés, tanto monta, monta tanto

         


 Los Relámpagos conocido grupo pop de los 60’ llevaron a su terreno algo tan clásico como “Recuerdos de la Alhambra” que Tárrega compuso en 1896 y en mi opinión lo hicieron con gran calidad

    


 ¿Acaso creen que no me gusta el hiphop, esa danza callejera tan transgresora? Imaginen, si hay talento, lo que puede surgir en bailarines tan dispares como estos:

                   

¿Vivaldi Techno? Hay que ser muy bueno para que resulte. La violinista Vanessa Mae, lo logra a fuerza de maestría.

Vanessa Mae

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El Cipri, autor del inspirador "tecnochotis": Si te casas en Madrid

 Hace poco el joven grupo teatral “Artes Verbénicas” me hizo llegar un vídeo inusitado que contenía un “electrochótis” y si esto ya me parecía sorprendente, lo fue aún más cuando comprobé que se trataba de un chótis de mi padre. A muchos sorprenderá, otros quizás lo rechacen, a mí no me desagrada y lo acepto como prueba de amor a un chótis y a un gran madrileño: Enrique Ramírez de Gamboa “El Cipri”



       


 Quizás, pioneros en fusionar fueron los míticos Mocedades cuando innovaron el precioso Intermedio de “La Leyenda del beso” de Soutullo y Vert y lo convirtieron en “Amor de hombre”

                            



¿Y qué decir de Paco de Lucía?
Investigador incansable que supo fusionar jazz, blues y flamenco sin perder la esencia A finales de los 60’ Pedro Iturralde y Paco fusionaron su arte para grabar el disco “Jazz Flamenco” del que les invito a escuchar “¡Anda jaleo!”


                   


                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            


La fusión ha de hacerse con respeto, talento, renovando pero sin hacer mofa.
Los que aceptan cualquier innovación se descalifican de inmediato porque en aras de una supuesta “puesta a punto” se pueden hacer verdaderos “bolericidios”, “coplicidos”, “flamenquicidios”, “clasicacidios”, “cupleticidios”… etc

A estos caraduras no les pondré de ejemplo, no se merecen ni un gramo de publicidad.
Creo que la clave de la fusión es el ingenio, el arte y, en consecuencia, la calidad.
¿Fusionar por fusionar? ¡No, gracias!

El broche de oro lo pondrá el arreglista, compositor, pianista y director de orquesta Waldo de los Ríos.
De nacionalidad argentina, estudió la carrera de música, piano, composición y armonía en el Conservatorio Nacional de Música de Buenos Aires.
Su talento en fusionar los grandes clásicos al pop le reportaron grandes triunfos. De él es el espectacular arreglo del Himno de la Alegría de la Novena Sinfonía de Ludwig Van Beethoven que creó para el cantante Miguel Ríos.
Su trágica y prematura muerte impidió quien sabe qué nuevas fusiones extraordinarias…
Aunque el audio es bueno, la imagen es deficiente pero lo he escogido ya que en este vídeo se pueden ver a Miguel Ríos y Waldo de los los Ríos (Comienza unos minutos en negro, esperen y verán las imágenes)