Diseño del blog y montaje de imágenes/ fotografias y videos : Mar Buelga. Textos: Olga María Ramos y colaborador@s

jueves, 8 de noviembre de 2012

EL TEMPLO DEL CUPLÉ. Crónica posible de un tiempo futuro por Lourdes Franco Bagnouls.

Desde México Olga María Ramos, nos envia el presente documento para que forme parte de nuestro blog:
La que así siente y se expresa es catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México D.F (Haz click en las letras más oscuras para conocer mejor esta institución)
El viernes entregaré a la Biblioteca de la Universidad el penúltimo libro que me queda. Esto me obliga a reemprender la tarea de reescribirlo de una vez por todas. A Lourdes ya la he nombrado "eslabón". Me fue a ver al Prosperidad y quedó prendada y...prendida de mi forma de cantarlo y contarlo. La prueba, a continuación: 

EL TEMPLO DEL CUPLÉ

Crónica posible de un tiempo futuro

México. El Universal Ilustrado

6 de noviembre de 1912


Imagina, querido lector, que el progreso que ciertamente augura el presente siglo permitirá al hombre viajar por el tiempo, hacer del pasado y el porvenir un instante único y eterno. Imagina, digo, que tu vida presente será conocida de forma simultánea por las futuras generaciones ¿cómo te verán tus hijos, tus nietos, biznietos, tataranietos y choznos? Valdría la pena entonces recapacitar acerca de tu comportamiento y enderezar la ruta. Por ejemplo: Te has puesto a pensar que dirían tus herederos si pudieran ver tu conducta licenciosa atisbando en los más sórdidos sitios del Paralelo de Barcelona los tobillos y muslos de las cupletistas en boga?

Tomemos este ejemplo como tema de reflexión. Imaginemos —sígueme sin pestañar— que viajamos en el tiempo unos… cien años, en pleno siglo XXI, y que descubrimos embelesados a una de las más ilustres herederas del cuplé. Su nombre: Olga María Ramos.
Déjate llevar, querido lector por las callejas empedradas de un pintoresco barrio de Coyoacán; camina conmigo por las veredas de un parque bordeado de añosos árboles; respira el aire frío de una tarde otoñal y déjate conducir a una rica mansión señorial donde esta noche dictará una conferencia cantada la más preclara conocedora del mundo del cuplé. Sí, de ese género en el que apenas reparas, más preocupado por tu lívido que por los valores intrínsecos de un género que, bien cantado, acaricia el alma y enaltece el espíritu.


Olga María Ramos

La dama en cuestión es una bella y distinguida señora. En ella lo más subyugante y conmovedor son sus ojos profundos, de una hondura inquietante. Cuando te mira, parece traspasarte y perderse en un más allá ajeno al aquí y al ahora que la rodea; pero cuando canta, esos mismos ojos son un diálogo abierto con sus oyentes; más allá de las palabras son ellos quienes dan la pauta de intencionalidad al cuplé.

Su cabello rubio que adorna con una flor, cae en ondas sobre sus hombros. Sus manos, sumamente expresivas, hablan al cantar de ternura, impotencia o dolor; pero también saben ser absolutamente sensuales y sugerentes. Las inflexiones de su voz recorren toda la escala espiritual. Esa voz sabe ser violenta o acariciadora, tierna o doliente, mordaz o cándida según la naturaleza de la canción en turno.

Su cuerpo, de porte elegante, rezuma majestad, y las plumas y mantones con los que da un toque de color a su vestido negro caen sobre su figura con la naturalidad que sólo se consigue tras largos años de ejercicio.

Con lo que queda dicho bastaría para garantizar el éxito de la aventura, pero aún queda mucho trecho por andar. Además de una extraordinaria cantante Olga María Ramos es una erudita musical. Si vieras querido lector ¡cuánto sabe de este mundo que tú y yo compartimos!

Sin pretender abarcar el contenido total de la charla que estamos a punto de escuchar voy a darte algunos pormenores que sin duda picarán tu curiosidad.

Olga María centrará su atención en ciertas figuras emblemáticas del género: La Goya, La Fornarina,  María Conesa y Raquel Meller. A estas tú las conoces bien; te has engolosinado con sus voces, te has refocilado en su anatomía, has contribuido lamentablemente a la particular tragedia de cada una de ellas.


¡Silencio! No incordies con réplicas exculpatorias que ahora la conferencista va a hablar del cuplé.


La regadera.Dibucuplé ©Mar Buelga 2010

El ojo de Cristal. Dibucuplé.©Mar Buelga 2010

Flor de té. Dibucuplé. ©Mar Buelga 2010
  

 


 
Ya sé que tú preferirás seguramente aquellos cuplés picantes como “La regadera”, aquel, sí, no te hagas el inocente, el del jardín “sequito” “sequito” o el de “El ojo de cristal” con el que más de una vez te habrás desternillado de risa. Pero hay que ver que el cuplé se inclina también por lo finolis como “Flor de té”; por la muerte trágica como “Nena” o “El relicario”; por las escenas heroicas como “La cruz de guerra”; por los amores frustrados, como aquel de “Bajo los puentes del Sena” o el de “Amor de muñecos”; por las historias de modistillas como “Capote de paseo”. Todo —dice Olga María— lo abarca el cuplé: diferentes ritmos, temas, intenciones…

Sí, ahora ya empieza a quedarte claro que el cuplé no es sólo el pretexto para ir a ver pantorrillas. Mira, te lo pondré de esta manera: el cuplé es como la ópera; uno no acude una y otra vez a ver Tosca esperando que algún día esta no salte fatalmente de las almenas del castillo; uno acude a ver la pieza para valorar el canto, para justipreciar la interpretación, en última instancia para comparar, exaltar o condenar. Pues lo mismo ocurre con el cuplé; y es precisamente la impecable ejecución de diversos cuplés que hace Olga María la que habrá de darte la instrumenta necesaria para aprender a escuchar más allá del dolor o de la picardía que constituyen la cara externa del cuplé.

Pero cato que hay una cupletista que ni tú ni yo conocemos, una mujer que supo hacer del cuplé un templo; se llama Olga Ramos, la madre de nuestra conferenciante. Con Olga Ramos el cuplé adquirió prestancia y dignidad, ella lo enriqueció y dignificó, lo hizo dúctil, precioso y perfecto.

Olga Ramos
En ese 2012, para nosotros tan imposible por lejano, su hija es la nueva vestal de ese templo donde respira, vivo para siempre, el cuplé.


Un momento en el teatro
 Despidámonos, amigo lector tarareando juntos aquel cuplé que hizo inmortal a Raquel Meller: “La violetera”.

Consuélate lector, el cuplé vivirá más allá de ti y de mí, más allá de los tiempos gracias a los esfuerzos de un ser como Olga María Ramos.


Lourdes Franco Bagnouls.

1 comentario:

  1. que estupendo blog no habria union mas perfecta ni mas bien avenida la voz la gracia y el salero de olga con la bondad las manos de mar y su arte con esos dibucuples tan bonitos besos

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