Diseño del blog y montaje de imágenes/ fotografias y videos : Mar Buelga. Textos: Olga María Ramos y colaborador@s

lunes, 30 de septiembre de 2013

Crónicas desde el Valle del Anáhuac (2) por Lourdes Franco Bagnouls

Querid@s amig@s, desde México nuestra colaboradora y amiga Lourdes Franco Bagnouls nos envía una segunda entrega de las andanzas de nuestra "Olguita" en tierras mexicanas... Esperamos que os guste.

Olga María Ramos en México. Montaje: Mar Buelga. Foto: ©Llaneza Photo

En una arbolada zona del sur de la Ciudad de México se haya enclavada la Ciudad Universitaria, espacio único distinguido por la UNESCO como “Patrimonio de la Humanidad”.

Ciudad Universitaria de México 
En ese ámbito ciencia y arte se dan la mano. Allí, una serie de edificios azules alberga a los distintos institutos de humanidades. Llamados familiarmente como “Los Pitufos”, de estos edificios emana lo más granado de la investigación humanística en la Universidad Nacional Autónoma de México.
El 25 de septiembre de 2013 sería en el Instituto de Investigaciones Filológicas un día excepcional porque allí iba a tener lugar una conferencia cantada sobre el cuplé. Este género que se había introducido ya en aquel espacio a través de las páginas de un libro: De Madrid al cuplé: una crónica cantada de Olga María Ramos.
Fragmento del tarjetón que anuncia la Conferencia cantada de Olga María Ramos en la UNAM

A pesar de que en la biblioteca aquel texto ya se encuentra presto a que los inquietos ojos de ávidos lectores se paseen por sus páginas, jamás entre sus muros se habían escuchado las notas de un cuplé, jamás su circunspecto escenario había sentido las pisadas seguras, gráciles, castizas de una artista como Olga María Ramos.
El escenario del aula magna de aquel recinto universitario se cimbró hasta sus cimientos volcánicos; acostumbrado a los actos severos, por lo general fríos y dogmáticos que ahí se desarrollan habitualmente, se estremeció ante la novedad placentera que se le ofrecía haciendo crujir suavemente sus finas maderas; las luces brillaron con nuevos e insospechados fulgores, los mantones y boas sustituyeron al clásico estrado cubierto de oscuro paño.

Y, sin embargo, el mismo aire de sabiduría se dejó sentir en el aire.
La Fornarina viajó a México, en el
recuerdo de Olga María
Esa mujer, esa artista elegantemente vestida con un traje de dos piezas y tocada con una boa blanca de reflejos plateados, colocaba sobre el atril el texto que contiene, en síntesis perfecta, lo más significativo de aquel bocado de historia, cultura y arte que constituyen las conferencias impartidas por ella; versátil y simpática lo mismo adquiere seriedad sin límite al narrar la historia trágica de la Fornarina que se transforma en picaresca dulzura cuando condensa en frases certeras e ingeniosas las características del cuplé psicalíptico.
El tiempo empieza a fluir, corre como una gacela, se pierde, en la dinámica maravillosa de aquella conferencia salpimentada de música, de ironía, de la gracia sin límite de aquella conferenciante excepcional cuya originalidad consiste en hacer de la información un deleite. Ritmos, intérpretes, compositores, fragmentos de cuplés de distintos tipos se suceden minuto a minuto en aquel espacio que se va moldeando a su nueva e inusitada circunstancia.


El público ríe, se emociona, goza cada inflexión de voz, cada gesto, cada nota. Olga María se crece, inunda con su figura el escenario, se mete en cada rincón del patio de butacas, en el espíritu de cada espectador adueñándose de las almas de quienes, cada vez más impactados, descubren en ella el portento que es.
Un sesudo investigador con escasa cabellera se emociona y disfruta las coplas del Ven y Ven que Olga María le dedica aludiendo precisamente a la amplitud de su cráneo desprovisto de melena.
La historia de don Marcial y su ojo de cristal hace que la concurrencia se desternille, mientras que los ojos de Raquel Meller surgen como una evocación mágica traídos por la conferenciante de un más allá pleno de significados.
Los ojos de Raquel Meller mágica evocación durante la conferencia.
El técnico de sonido trataba de seguirla, sensible a sus necesidades, pero un tanto desconcertado por la inusual dinámica del acto académico-musical que allí estaba teniendo lugar.
Premiado su esfuerzo con otro Ven y Ven se esforzaba sobremanera en atender a las necesidades de aquella mujer que lo tenía cautivado.
La historia del Cipriano, cajista de imprenta pinturero y majo conmovió a los presentes.
Como un acto excepcional en una conferencia de este tipo y ante la presencia de la familia de Agustín Lara, Olga interpretó Farolito y Madrid, dos piezas inolvidables con las que agradecía a México su acogida cálida y generosa.
Aunque en nuestra última entrada pudimos escuchar el tema Farolito en una de las "travesuras" de Mar Buelga, ¿Qué os parece volver a escucharlo esta vez en otra "travesura" en este caso de nuestro querido Chema Marín?
Miren que bonito...

               


La Violetera llevó a Olga María a mezclarse con el público, como premio recibió de un rendido admirador hincado a sus pies un beso en la mano, testimonio inequívoco de la admiración que Olga María despierta en quienes ya sea por vez primera o por enésima ocasión se ven subyugados irremisiblemente por su arte.

Olga María Ramos durante su conferencia en la UNAM

¿Qué os parece que a falta de imágenes de la conferencia cantada de la UNAM,escuchemos la inolvidable Violetera interpretada por nuestra Olga María en el Homenaje a Sara Montiel , el pasado mayo, grabado gentilmente por  Carlos Dorell ?, Las imágenes no son de la mejor calidad pero el recuerdo es tan bonito e inolvidable... 

                 




Un rendido admirador rodilla en suelo, le da a Olguita un beso en la mano

Conquistadora nata, la dignísima hija de Olga Ramos llegó y venció una vez más.
Guerrera incansable, ha sumado a su pendón las siglas de la universidad más importante de México.
¡Enhorabuena Olga María!

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