Olga Ramos. Fotografia extraída de un antiguo VHS.©Mar Buelga 2012 |
"OrOlga". Almografía de ©LLaneza Photo |
Uno de los mantones de "Las Olgas" |
Nadie como ella para arrebujarse en su mantón o estirárselo, mano en alto con el empaque de su gran personalidad.
Pocas veces se vistió de madrileña prefería cubrir su traje de noche con un buen mantón. Llegó a tener tanta afición que compró más de veinte aunque por el uso sólo son “ponibles” media docena, el resto reposan en su “Museo”.
El mantón aunque se llama de Manila procede de China.
Antiguas pinturas chinas, figuras, flores, pájaros... inspiradores de los bellos bordados que decoran los mantones. Montaje: ©Mar Buelga |
Los flecos, un añadido español |
Entraban por el Sur hasta Sevilla y algo que muy pocos saben: no tenían fleco.
Aún en la actualidad, se realizan mantones a mano., como es el caso de este taller de bordado en el distrito del Nervión de Sevilla |
¡Como lo manejaba a sus 85 años! |
Y ahora algunos consejos:
1ª- A veces me preguntan si se colocan de pico o doblado a la mitad. Pues depende del tamaño; si es grande (1.50 cm de lado, aprox.) hay que doblarlo para poderlo manejar y si es mediano o pequeño (1.20 cm aprox.) mejor de pico. Nada tiene que ver que se lo pongan en Sevilla o en Madrid.
Olga María Ramos, luciendo uno de sus mantones ante la escultura de Goya obra de Santiago de Santiago. (Casa museo del autor) |
2ª- ¿Cómo guardarlos? Nosotras los ponemos en una percha gruesa forrada para que no se enganchen. Así los flecos no se rizan y tienen buena caída. Lo que no pueden es eternizarse en el armario. Hay que darles aire, vamos, hay que ponérselos.
.3ª - Si los flecos están muy enredados… ¡Paciencia! Porque se pueden desenredar. Sólo se necesita tiempo. Colocar el mantón sobre una mesa grande y sentada frente a él, se moja la yema de los dedos en un bol con agua y algo de suavizante entonces, uno a uno, hay que tirar suavemente de ellos desde el extremo unido a la tela a la punta, alisándolos y formando manojitos de flecos que se van atando con un lazo suave. El mismo peso del fleco húmedo lo irá estirando.
Olga y el mantón de "La Lola" donado al Museo etnográfico de San Sebastián de Los Reyes, Si os acercáis hasta allí podréis admirarlo. |
4º. ¿Cómo ponérselos para que no se caigan?
Queridas, eso ya es más difícil.
Yo creo que el truco está en dominar al mantón y no dejar que éste les domine. Pónganse frente al espejo y colóquenselo con parsimonia, siempre cubriendo un hombro, esa es una buena forma para que no se deslice. Y olviden las lentejuelas, abalorios o cualquier adorno en donde puedan engancharse.
Y, por supuesto, nada de imperdibles… ¡Válgame Dios!
Interpretando :"Nena" en Burdeos. ¿Ven, el mantón no se cae? Todo es cuestión de seguir los consejos indicados más arriba. Y también mucha, muchísima práctica, claro. |
Luciendo mantonazo en tonos rojos en la presentación de uno de sus discos en la madrileña Sala Clamores |
Olga María con otro de sus mantones en una de sus actuaciones en las Vistillas |
Y por último: ¡No lo laven nunca ni lo lleven al tinte.
A nosotras nos destrozaron dos maravillosos y mi madre lavó uno precioso valenciano y las hojitas verdes de las flores destiñeron.
Antiquísimo mantón Isabelino que reposa sobre un magnifico traje tabaco y oro de Olga Ramos en el museo de la artista en Madrid. |
Bello recuerdo. Las Olgas en Las noches del Cuplé, envueltas en sus "visones" hace unos cuantos años. |
Luis Fernández Ardavin |
MANTONCITO DE MANILA
Mantoncito de Manila
rico pañuelo chinés
que se ciñe y se perfila
de los hombros a los pies
como si de carne fuera.
Pañuelito japonés
que del rastro a la pradera
brillas como una bandera
del barrio de San Andrés.
Con tus vivos rosetones
más rojos que la sangría
del costado del Señor,
saludas en los balcones
al Cristo de la Agonía
que pasa en las procesiones
al redoble del tambor.
Y en las noches de verbena,
cohetes y algarabía,
cuando la música suena,
como es gitana y morena
por manto te llevaría
la Virgen de la Almudena.
Mantón,
que siempre serás engañador y cruel,
y al paso prendiendo vas en tus flecos
un hombre en cada cairel,
y te los llevas detrás como si fueran
muñecos de papel.
El que acaricia el escote
con una caricia honrada,
el que tendido en la grada,
reluce más que el capote
de paseo del espada.
El que parece sufrir,
estremecerse y gritar,
cuando el torero al matar
está a punto de morir.
El que recuerdas al verte
cuando en el baile revuelas,
la novia de Luis Candelas
y el pañuelo de Reverte.
Pabellón de colorines,
reflejos y tornasoles,
espejo de los jardines españoles.
Esplendoroso y risueño
como una iluminación
en una noche de estío,
maravilloso mantón madrileño
por una vez, tú eres mío.
Algunos de los mantones de "Las Olgas", en el Museo de Olga Ramos |
¡ Una colección única que no se pueden perder !
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