Diseño del blog y montaje de imágenes/ fotografias y videos : Mar Buelga. Textos: Olga María Ramos y colaborador@s

domingo, 16 de febrero de 2014

PASEANTE EN CORTES (2) Calle de San Bernardo Por María Jesús Flórez

                                                   
Olga Ramos en su local de la Calle de la Palma

                                                         “Y aquella calle tan ancha
                                                           llamada de San Bernardo 
                                                           que se perfuma de noche, 
                                                           cuando pasea Olga Ramos…”

María Jesús Flórez
Así terminaba el pregón en verso que dediqué al Barrio del Refugio, y sirve para presentar el segundo capítulo de “Paseante en Cortes” que nos envía María Jesús Flórez, colaboradora durante algún tiempo en aquel programa que mantuve durante tres años en Radio Sol.


Hoy conoceremos un poco mejor la Calle de San Bernardo. Empieza en Sto. Domingo y termina en Quevedo, cruzando la Gran Vía y la plaza de Ruiz Jiménez.

Calle San Bernardo
Calle San Bernardo y alrededores

Ha tenido muchos nombres: Fuencarral, Puerta de Fuencarral, Noviciado de la Compañía de Jesús, Convalecientes de San Bernardo y Ancha de San Bernardo. Semi-esquina con Gran Vía, estaba el Hospital de Convalecientes fundado por fray Bernardino Obregón, el de la bofetada en la c/ Postas, de lo que hablaré en otro momento.
Lo de Calle Ancha de San Bernardo, era para diferenciarla de la Calle Angosta de San Bernardo (hoy de la Aduana). En 1865 perdió el adjetivo de Ancha.

También tenía tantos nombres porque cada tramo se llamaba de una forma, incluso fue conocida como la “calle de los palacios” por la gran cantidad que en ella se alzaban.

Entre 1.936 – 1.939, se llamó de Francisco Ascaso, conocido anarquista de esta época.
Francisco Acaso dio nombre a la Calle
San Bernardo de 1936-1939
Palacio de la Marquesa de Sonora
Palacio de Los Bauer, años 50
Estos son los palacios que aún se conservan: .
Palacio de la Marquesa de Sonora, hoy el Ministerio de Justicia.
Palacio Bauer, o de los Marqueses de Guadalcazar, hoy la Escuela Superior de Canto





Palacio de la Duquesa de Parcent
Palacio de la Duquesa de Parcent

Palacio de los Marqueses de Castromontes, hoy Instituto Lope de Vega.

Palacio de los Marqueses de Castromontes

Edificio de la Universidad Central en 1920, antes
Noviciado
Palacio del Noviciado de los Jesuítas
 Palacio del Noviciado de los Jesuitas, que estaba entre Noviciado y Reyes, en su solar se levantó la Universidad Central, cambiando de actividades hasta llegar al Instituto de España en la actualidad.

                                                                    Curiosidades


Primer despacho de loterias de Doña Manolita
en la Calle San Bernardo

 En el nº 20 vivió y también salió hacia la horca D. Rodrigo de Calderón, el del Orgullo.

Palacio de Don Rodrigo de Calderón en los años 50
Las Salesas Nuevas, las encontramos subiendo hacia la plaza, con sus deliciosos bollitos o “cocos” como ellas los llaman.
"Alacena de la monjas"

Montserrat y Las Salesas
Iglesia de Montserrat
 En la zona en que se ensancha la calle, se encuentra la Iglesia de Montserrat, con su impresionante y un poco tétrico “Cristo de Limpias”.

 Ya, al final de la calle, nos encontramos con el Hospital de San Pedro de los Naturales, último lugar donde estuvieron los restos de Calderón de la Barca, y desde donde se perdieron finalmente.


Calle de Postas y el cambio de Bernardino Obregón

La C/ Postas comienza en la esquina de Esparteros y Mayor. Es una calle con historia y leyenda, ambas muy bonitas y curiosas.
En esta calle estaba la estación de las postas, es decir de correos, postal, viajeros, los carruajes eran de tracción animal y esto se prolongó hasta el comienzo del automóvil. De esta calle estuvieron llegando y saliendo las postas durante muchísimo tiempo. En su principio era más estrecha que ahora, por lo que apenas había espacio para el movimiento de los carruajes; todo ello llevaba a ruidos, frecuentes riñas y accidentes por lo que las protestas de los vecinos eran contantes ya que el escándalo era de día y de noche.

Además, había talleres de atalajes y guarniciones, herradores, almacenes de pienso y forrajes, y, por supuesto en el suelo, residuos de todo tipo, incluidos los digeridos por los animales, por lo que el olor se notaba a medio kilómetro a la redonda. También las diligencias de viajeros entraban o salían a altas horas de la madrugada y con ello saludos o despedidas, más los gritos de los trabajadores, los relinchos de las caballerías, etc. Es natural las constantes protestas de los vecinos al Corregidor, pero no servía de nada, porque los ruidos continuaban. Pero existe una anécdota muy curiosa ocurrida en esta calle.

BERNARDINO OBREGÓN

Calle de La Sal hacia Esparteros, lugar del
suceso que relatamos
Reinaba Felipe II y Don Bernardino Obregón era militar, concretamente capitán, después fue secretario del Duque de Sesa. El capitán en cuestión, era de carácter bastante soberbio.
Venía de la calle de la Sal y subía hacia Esparteros, que ya sabemos hace esquina con Postas, un hombre barría la calle y con tan poca fortuna, manchó el traje del presumido militar, a quien dominó la cólera, pues un villano se había atrevido a estropear su traje y no lo dudó, abofeteó al barrendero dejándole una marca roja en la cara.
El pobre hombre, al pronto se quedó paralizado, pero luego, con humildad, se descubrió y le dijo serenamente: -Señor, en mi vida me he visto más honrado que con esta bofetada.
Esta actitud se grabó en el espíritu de militar. Pocos días después, llamó al Hospital de la Villa y solicito modestamente: -Por favor, admítanme como el más humilde de los enfermeros del establecimiento.
Otro día hablaremos de Bernardino Obregón.

Antigua Relojería de la Calle de la Sal

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