Diseño del blog y montaje de imágenes/ fotografias y videos : Mar Buelga. Textos: Olga María Ramos y colaborador@s

domingo, 24 de agosto de 2014

OLGA RAMOS, siempre en el recuerdo

El 25 de Agosto se cumplen 9 años de su partida pero el recuerdo de Olga Ramos sigue presente en el corazón de tantos que la conocieron. Como colaboradora habitual en la Revista Viajes y Turismo, este Blog comparte lo que para ella escribí La Ramos.
http://www.revistadeviajesyturismo.com/2014/08/16/olga-ramos-siempre-en-el-recuerdo/

Olga Ramos y su violín "El descanso de sus voz"


Reproducción de la placa de la calle que dedicaron a Olga Ramos en
su ciudad natal: Badajoz
Desde muy pequeña Olga Ramos destacó por su gracejo, entreteniendo a sus vecinos para los que organizaba actuaciones subida en un gran baúl que le servía de escenario “¡Papá quiero ser artista!” le decía una y otra vez a mi abuelo que harto de escucharla y para desanimarla le puso como condición que estudiara un instrumento.

Tenía 7 años. Un día llamaron a la puerta y mis abuelos se quedaron de piedra: allí estaba la pequeña Olga asida de la mano de un caballero que resultó ser un profesor del conservatorio. Un año más tarde ya estudiaba música en la capital Pacense porque Olga Ramos nació en Badajoz.


Con 11 años, la familia se trasladó a Madrid donde continuó sus estudios en el Real Conservatorio de Música teniendo como profesores a dos virtuosos: Don Antonio Fernández Bordas, a su vez alumno de Pablo Sarasate y Don Enrique Iniesta.
Al terminar su carrera de violín con Primer premio de música de cámara, Olga Ramos se convirtió en los años siguientes en figura imprescindible recorriendo toda España, por lo que el periodistas Emilio Romero la denominó “la peregrina de los viejos cafés con música”.

Olga con 18 años
Es en el Universal de Madrid, donde conoce a mi padre, Enrique Ramírez de Gamboa, compositor, poeta, arreglista e impecable intérprete de saxo, clarinete y bandoneón.


El gran Café Universal

Cipri y Olga y "La pequeña Olguita"

Enrique Ramírez de Gamboa
"El Cipri"
Mi padre queda fascinado y la conquista a golpe de verso.
Se casaron en la primavera de 1947.
los 8 meses nací yo y no porque fuera "ochomesina", si no porque, según me dijo mi madre, le vio tan bueno y enamorado que le dio un “adelanto”.
Permanecieron casi 20 años en aquel café… juntos, toda una vida.





En el "Universal" de Vigo, donde viajaban cada verano. A la derecha de la foto, la pequeña Olguita con su perrita
La orquesta cosechaba triunfos inenarrables que yo presencié desde muy pequeña. En cierta ocasión, y tras interpretar “La Alsaciana”, se acercó a mi madre un caballero que le preguntó: ¿Quién hace los arreglos, Olga? ,y ella, llena de orgullo le contestó: Mi marido, Enrique.
 Y entonces, el señor le dijo: Pues siendo cinco músicos, suenan ustedes como una sinfónica y quien se lo dice es Jacinto Guerrero.



En otra ocasión, Pablo Sorozabal, después de escuchar a mi madre tocar “Katiuska” con tal perfección y sentimiento que se “oía” la letra, sentenció: Olga debería dedicarse sólo al violín. Quizás tenía razón pero se hubiera perdido una singular cupletista que se reinventó el cuplé.

¿Les gustaría escucharla?, ¡Eso está hecho!. Escuchémosla en esta grabación en el Local de "Las noches del cuplé"



Pero volvamos al pasado. Estamos a finales de los 50, un nuevo invento iba a cambiar las cosas. Había llegado la televisión y a las orquestas de los cafés las suplantó la “caja tonta”. Fueron tiempos duros.
La ancha acera frente al entonces Palacio de Gobernación, se convirtió en punto de encuentro de aquellos músicos en paro; la acera acabó llamándose: “la acera del hambre”.

Afortunadamente, el empresario del Café Varela les contrató y junto a Magda Martín, su pianista de toda la vida formaron:  El trío OLGA.



Allí permanecieron tres años en un ambiente bohemio e intelectual ya que a ese café acudían poetas y escritores como Álvaro Retana, Serrano Anguita, Alberto Insúa, Martínez Remis…
Pero el Varela cerró para ser convertido en una cafetería ¡Qué sacrilegio!
Mis padres fueron grandes músicos pero de ello no hay grabaciones ni constancia gráfica, pero las cosas iban a cambiar.

Aunque, quizás por obra y arte del cine, podamos ver a nuestra Olga en movimiento en el año 1958, ya que fue la elegida para poner la música a una de las escenas de la película: El Pisito de Marco Ferreri e Isidoro M. Ferry . Y, ¡Qué música! nada más y nada menos que: "El Danubio Azul".
Son unos minutos, pero, señoras y señores... ¡¡!Qué minutos!!

 


En 1968 Olga Ramos, con 50 espléndidos años, debuta en un local de Madrid llamado El último cuplé.
"El último cuplé" pasó a llamarse: "Las noches del cuplé
de Olga Ramos", convirtiéndose en visita obligada
para los visitantes y habitantes de Madrid.
Desgraciadamente los especuladores no eran fans
del cuplé y el buen gusto.

 El público descubre una nueva forma de cantar el bello género y la televisión, que años antes había sido tan negativa, se convierte en su aliada y Olga alcanza en su alegre otoño, la popularidad que hubiera merecido cuando era una espléndida y joven mujer.


Y llegó el tiempo de los reconocimientos.
Estos son sus premios y distinciones más importantes: El ya mencionado Premio de Primera Clase en Violín, Medalla de Madrid al Mérito Artístico, Medalla del Trabajo, Medalla de Agustín Lara, una Calle en Badajoz, una glorieta en Madrid y una placa en la Fachada del edificio donde estuvo el Café Universal en la Puerta del Sol madrileña.



Veámos a Olga Ramos recogiendo la Medalla al trabajo.

 El 25 de Agosto se cumplen 9 años de su partida pero Olga Ramos sigue en nuestro recuerdo


2 comentarios:

  1. Una historia construida bajo el tesón del talento y la persistencia. Heredera de un legado.


    Saludos desde Lima, Perú.

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    1. Gracias por sus palabras llegadas desde tan lejos. Espero conocerle algún día si viene por Madrid

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