Diseño del blog y montaje de imágenes/ fotografias y videos : Mar Buelga. Textos: Olga María Ramos y colaborador@s

miércoles, 19 de diciembre de 2012

El dramatismo del cuplé en la voz de las Olgas por L.F.B

Recibimos una nueva aportación desde México de L.F.B

Nunca fue el cuplé tratado con tanta profundidad! Os diré que el cuplé es muy suyo, cuando yo empecé a investigarlo, se mosqueó, no se fiaba mucho. ¡Habían hecho tantos cupleticidios con él...! Pero a medida que de él escribía, se volvía más dócil y se dejaba manosear... Cuando le presenté el libro (uno de ellos reposa en lugar muy ilustre... en tierras mexicanas...) se lo leyó de un tirón y... le gustó. Ahora le estoy viendo entusiasmarse... es muy coqueto el cuplé y está muy orgulloso de que se lo tome en serio toda una señora catedrática. En fin, divagaciones aparte, gracias en nombre del cuplé, en nombre de las Olgas.

De Madrid al cuplé de Olga María Ramos,
una verdadera investigación sobre el género

EL DRAMATISMO DEL CUPLÉ EN LA VOZ DE LAS OLGAS

En el breve espacio del cuplé cabe en toda su hondura lo mismo la tragedia que el melodrama y desde luego, la comedia. El cuplé es síntesis poética donde se dirimen los sentimientos más encontrados que aquejan al hombre; en él los amores frustrados, la muerte, e incluso, lo morboso, tienen cabida, porque el cuplé, como el drama clásico proveniente de la antigüedad helénica es absolutamente humano.

Eric Bentley


 Eric Bentley, acucioso investigador del fenómeno teatral, precisa, por ejemplo, la importancia que la muerte tiene en el desarrollo de la tragedia. “No sabemos nada sobre la muerte, pero tenemos algunas ideas acerca de ella, nos hacemos fantasías sobre ella”, apunta el investigador.


¿Y qué son si no “fantasías sobre la muerte” todas aquellas historias —el cuplé incluido— en las que la parca es la protagonista principal? “La tragedia —continúa reflexionando Bentley— toma en consideración a la muerte en grado sumo, la ataca frontalmente”.

El  Relicario. Partitura Original
 La dimensión del héroe está dada, en efecto, por la rotundidad de su deceso. En el cuplé trágico, centro nodal de su desarrollo es precisamente el fin del héroe; toda la pieza va encaminada a bordar este acontecimiento sobre el cual gravita la historia; esa muerte habrá de ser precisamente heroica, contundente y brutal. Los ejemplos por antonomasia en este sentido son “El Relicario” y “Nena”.

Nena. Dibucuplé. ©Mar Buelga 2010












En ambos cuplés la pérdida del ser amado recorre tanto el camino del amor, como el camino de la muerte. Mientras más fuertes los lazos del amor, más grande el dolor por la ausencia. Es importante destacar el hecho de que en los dos cuplés el acontecimiento trágico sucede cuando el amor se halla en todo su esplendor, tanto el torero de “El Relicario” como el amante de “Nena” mueren amando intensamente, fallecen —y aquí está el sentido de la morbosidad de la que habla Bentley en su libro La vida del drama— regodeándose en la adoración de un fetiche: el relicario y el beso respectivamente.

Raquel Meller posando en el Estudio de Carlos Vázquez en 1927 para "El Relicario"


 Y es ahí donde se centra la magnificencia de la condición trágica de las historias, porque cuando los protagonistas dejan este mundo, truncan de cuajo la posibilidad de la pasión; entonces surge en nosotros, espectadores catárticos del drama que se dirime ante nuestros ojos, aquello que Bentley destaca ante la tragedia: la compasión. ¿Cómo no compadecerse ante la muerte del torero, y la soledad de su amante, ante el sacrificio del amador de “Nena” y el sentido de la culpabilidad en ella? Por cierto, en un paréntesis necesario, sólo Olga María Ramos ha sido capaz de entender el meollo de la historia de “Nena” —y así lo hace saber en sus conferencias— sólo ella ha sabido ver el sacrificio enorme de quien no importándole el contagio ante la enfermedad funde en un beso pasión y entrega, vida y muerte.

El relicario.Dibucuplé. ©Mar Buelga 2010

La complejidad interpretativa del cuplé trágico estriba en saber transitar de la felicidad absoluta a la tragedia más demoledora. Pocas, muy pocas intérpretes lo vieron y lo ven así.


Partitura original de Nena.Museo Olga Ramos.
Colección de Olga María Ramos

 Raquel Meller la primera. La segunda Olga Ramos quien con su proverbial sentido del humor hizo notar que llorar desde el principio de “El Relicario” como lo hicieron algunas intérpretes, es un error imperdonable. Si la risa se caracteriza por su oportuna inmediatez, la tragedia en cambio hay que construirla poco a poco hasta llegar al clímax. Por estas razones es que la interpretación que Olga Ramos hace de “El Relicario” merece especial reflexión. Se trata, en primer lugar de una grabación excepcional y única no sólo por su rareza, sino por la indiscutible maestría interpretativa que logra Olga Ramos en ella dando la exacta dimensión a la viveza de la pasión y a la magnitud de la tragedia; ni el amor es eufórico puesto que la historia se narra a posteriori de la muerte del torero, ni el dolor adquiere los tonos fársicos que suele tener en muchas interpretaciones en las que la exageración destruye la posibilidad dramática de la desolación y del vacío.


                             

Fragmento correspondiente a la teleserie "Divertido Siglo" de Fernando de La Vega. tve. La actriz que da vida a Raquel Meller es Salomé Guerrero. La voz es la de nuestra inolvidable Olga Ramos, que hizo esta grabación especialmente para el programa.

Pasemos a “Nena”, un cuplé grandioso como una catedral del que Olga María Ramos hace una verdadera obra maestra digna de trascender los anales de la música española. La interpretación de Olga María en el disco Puro cuplé es insuperable —me atrevería a decir que incluso para ella misma—: la intencionalidad, los pianísimos, la calidad de los filatos son verdaderamente soberbios. Para cantar bien “Nena” primero hay que comprender la magnitud del sacrificio de quien en aras del amor ofrenda su salud y su vida; es el de “Nena” un amor que no conoce fronteras, que se inmola sin cortapisas; y precisamente en esa inmolación está la sublimidad de este cuplé. En el cuplé no sólo existen los extremos de la comedia y la tragedia, también está presente de manera significativa el melodrama. Volviendo los ojos a Bentley diremos que el melodrama tiene pretensiones notoriamente morales, incita a la compasión, sentimiento que es en gran medida también una autocompasión. En el melodrama se inclina el espectador por la piedad ante la víctima y por el temor hacia el villano”. “Acaso —dice Bentley— la clave del trabajo del dramaturgo —y yo agregaría, del compositor de un cuplé melodramático— no está en saber explotar la capacidad de piedad y el temor que hay en el público?”
Mala entraña. Dibucuplé.©Mar Buelga 2010
Un cuplé melodramático por excelencia es “Mala entraña” del que Olga María Ramos hace en su nuevo disco Del cuplé a la revista grabado en vivo, en Granada, una creación.
Un amor traicionado es el meollo de la trama. Más allá de ser la historia de una mujer abandonada, es la crónica de quien en su fuero interno sabe que ha perdido su condición de espejo reflejante de la pasión amatoria, y con ello, su razón de existir; más allá del abandono está precisamente esa pérdida de sentido para “ser” en función del otro. Y claro, sentimos compasión y miedo de vernos nosotros mismos en un caso semejante. El tiempo y el espacio se agotan, no así el tema que ofrece mil y un aristas dignas siempre de consideración.

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