Diseño del blog y montaje de imágenes/ fotografias y videos : Mar Buelga. Textos: Olga María Ramos y colaborador@s

sábado, 12 de enero de 2013

La fina picardía de la fornarina (3)




PERO AÚN QUEDABA PARIS...

Acompañada de su gran amor que, muy oportunamente, había conseguido ser  nombrado corresponsal de ABC,  fue recibida por  Marinelli y Quinito Valverde.
Madrid Cómico. José Juan Cadenas.

Fornarina en Paris, vestida por el modisto Pascaud

Las letras de Cadenas a las que puso música Quinito Valverde, fueron el mejor aderezo para su presentación en el “Apollo Theatre” y la canción “Clavelitos” la más aclamada. Transcurría el
año 1909.  

Qué tal si escuchamos Clavelitos? Es una de esas joyas con las que Mar hace maravillas. Aquí tenéis un cuplé que ha pasado a ser pieza habitual en el repertorio lírico

Siempre rodeada de admiradores que la adoraban y agasajaban
CLAVELITOS

Clavelitos,
¿A quién le doy claveles?
Clavelitos,
para los churumbeles
Clavelitos,
que los doy con los ojos serraos
y los traigo en el cesto,
a precio modesto
rojos y pintaos

París ya era suyo. Luego vinieron, Bruselas, Londres, Viena, San Petersburgo, Montecarlo, Berlín... siempre auspiciados por Marinelli, que multiplicó el caché de la Cupletista.
Mi madre, sólo elegía los cuplés pícaros y cómicos de la Fornarina luego se los reinventaba y lograba éxitos inenarrables. Escuchadla en un vídeo realizado por Mar Buelga. 




American Club de Paris. Grabado. 1893


Su despedida fue en el “American Club”. Allí, acompañada por el maestro Valverde, colaboró altruistamente en una función benéfica.
Al día siguiente, recibió en la habitación de su hotel, un encantador ramillete de flores anudado con un precioso brazalete de brillantes.


Era tan popular que incluso hizo publicidad de perfumes, en concreto del perfume: Violeta Tenax 2


PRESAGIO

Más admiradores, que encelaban a Cadenas
La Fornarina, que ya hablaba francés, inició sus estudios de alemán. Aprovechaba cualquier circunstancia para instruirse. Se empapaba de paisajes y costumbres. Era como una esponja.
Gustaba de rodearse de eruditos personajes a los que trataba con singular simpatía. Sus admiradores, aumentaban por momentos, al igual que los celos de Cadenas.
El viaje estuvo salpicado de acaloradas discusiones que, invariablemente finalizaban en tierna reconciliación.

Y como viene a cuento, se me ocurre dedicaros esta preciosa canción  ¿Me permitís que os cante mi versión de “Volver, volver”? 

                       


Un curioso y estremecedor suceso fue a empañar aquella gira triunfal
En la sobremesa de una  agradable cena, surgió un escalofriante tema de conversación: el más allá... los fenómenos paranormales... la astrología...
Triste presagio
Entre los presentes se encontraba un futurólogo, famoso por sus acertadas adivinaciones. Su fuerte era leer en las rayas de la mano. Consuelo no lo pensó dos veces y extendió su  blanca y delicada palma.
Expresándose en francés, el adivinador fue vertiendo toda suerte de venturas. Su futuro se mostraba prometedor: amor, éxito y riqueza.
Repentinamente el rostro del adivino se ensombreció... Con voz susurrante, ahora en alemán, el brujo se dirigió al resto de los comensales.
-No hay duda, claramente se ve interrumpida la línea de la vida.

La Fornarina, que comprendía el idioma germánico, abrió mucho los ojos, mojó los labios en champaña y preguntó:
-¿Seré rica en plena juventud?
-¡En plena juventud!
Respondió con rotundidad el nigromante.
-Entonces... ¡Venga la muerte cuando quiera!

Estrellas del cuplé. Retana

Esta singular historia la recojo del libro Retaniano “Estrellas del Cuplé”. Sin embargo, algo similar leí en otra parte, pero aquí, la predicción había partido de una gitana. Sea cual fuere la auténtica (quizás las dos) el caso es que la profecía se cumpliría inexorablemente.
ella circunstancia, no empañó los triunfos de La Fornarina.
 En Hungría, el periódico “A Nap”, dijo que ella era:
 “La primera cancionista del mundo”
y en Copenhague, el Danneborg publicó:
“España ha enviado a los países del Norte un rayo de su envidiable sol de mediodía”

Simpática imagen de la Fornarina, cocinando

Vamos a escucharla en una grabación realizada en Berlín entre 1907 y 1908. Se trata del cuplé “Mendeneias” de su época más sicalíptica. La letra no tiene desperdicio. 


De nuevo en París, la siguiente anécdota, vuelve a indicarnos que La Fornarina era “una cabecita pensante”.
Terminada su actuación en el Teatro Fémina se le acercó el aeronauta brasileño Santos Dumont, que dos años antes, había conseguido un record: volar sin interrupción la distancia de 200 metros. Al gran precursor de la aviación, este otro vuelo le iba resultar infructuoso. Consuelo ante sus insistentes galanteos, le dijo con acento encantador:

Santos Dumont a bordo de su aereoplano
-Hombres como usted, se deben a la ciencia. No me perdonaría  jamás que mi amor agostase su talento.










Estando en Berlín, se sintió estremecer al presentir los primeros síntomas de su enfermedad. Pero los olvidó pronto, envuelta en la emoción de regresar a España.

UN RETORNO TRIUNFAL

Teatro de la Comedia
Precedida de su fama europea, Fornarina debutó en el Teatro de la Comedia. Aquel mismo año de 1.910, se había comenzado La Gran Vía madrileña. El contrato de 8 días se trocó en veinte.

Juan Español. Dibucuplé.©Mar Buelga 2010

En esta época incluyó cuplés más sentimentales como “Historia de Juan Español” de Quinito Valverde, Cadenas y Retana. Tengo la satisfacción de haber rescatado del olvido esta preciosidad que no había vuelto a cantarse desde la época de La Fornarina 


Sus preciosos cuplés: “Clavelitos”, “El Polichinela”, “Machicha de Don Procopio” “La danza paraguaya” (que interpretó en un perfecto francés) ya se escuchaban por los patios de vecindad (sistema de difusión tan efectivo como  “Los 40 principales”)
Alfonso XIII

Tanto trascendió su fama, que el mismísimo Don Alfonso XIII visitó el Teatro. 
Pero dejemos que Retana nos presente la escena:       
Álvaro de Retana
-¡Charmant! - exclamó el rey caballero - Me explico sus éxitos.
-¡Gracias, Señor! Murmuró ella.
-Volveré – prometió el monarca con su eterna sonrisa que irradiaba simpatía, sencillez, señorío – Porque su arte, no se abarca en una sola noche.
-¡Gracias! – repitió Consuelo Vello, emocionada por la gentileza del admirable soberano.
Inclinóse Alfonso XIII con expresión de sincero afecto en su noble rostro y ella no acertó apenas a corresponder al saludo, bajando los ojos ruborizada como una colegiala al primer requiebro.

Esta fue la única vez que Alfonso XIII cruzó la palabra con Fornarina.

NI CONTIGO, NI SIN TI
José Juan Cadenas

José Juan Cadenas regresó a Paris, reclamado como adaptador de exitosos musicales y no se fue solo. 
Había conocido a una rubita encantadora, llamémosla “Lulú”,  que le hizo muy buena compañía.
Por su parte, Consuelo aceptaba los galanteos de un joven rapsoda.
Tan peligroso juego solo podía acabar mal y estalló entre ambos una fortísima discusión. Reproches, llantos, negativas ante lo evidente; y el amor... el amor...  que perdonaba, disculpaba, olvidaba...
Pero de nuevo la infidelidad de Cadenas iba a encender de ira a la desdichada Fornarina que despechada, buscó oportuno consuelo.
La respuesta de José Juan Cadenas no se hizo esperar. Dio orden a la Sociedad General de Autores, de prohibir a La Fornarina el uso de su repertorio.
A punto de partir hacia América, la cupletista se encontró musicalmente desnuda. Renunciar a sus éxitos, aprender nuevas canciones era lo más trágico que le hubiera podido suceder.
Volvemos a escuchar a Olga Ramos en uno de los cuplés que Cadenas compuso para Fornarina:
 
                         

En el próximo capítulo, el desenlace de la vida de Consuelo Bello. En él sabréis si Cadenas la perdonó y la permitió seguir cantando sus cuplés. Sabréis su trágico final y podréis leer el cuplé que mi padre El Cipri le compuso y como colofón una sorpresa muy emocionante…

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