Diseño del blog y montaje de imágenes/ fotografias y videos : Mar Buelga. Textos: Olga María Ramos y colaborador@s

miércoles, 23 de enero de 2013

La habanera en el cuplé (3)

Como os contaba en el primer capítulo dedicado al cadencioso y caribeño ritmo, Teresa Pérez Daniel, Presidenta de la Fundación de Habaneras de Mayorga, fue la que me propuso un concierto de esta música y fue entonces cuando decidí llevar la habanera a mi terreno




La yaya. Dibucuplé.©Mar Buelga 2010
Sus pícaros ojos. Dibucuplé.©Mar Buelga 2010
Nena. Dibucuplé.©Mar Buelga 2010


¡Cuantos cuplés a ritmo de habanera…! Nena, Ven y Ven, Sus pícaros ojos, Tú no eres eso, La violetera, Evocación, La yaya…

Joaquín Zamacois

Joaquín Zamacois, el autor de “Nena”, había nacido, de padres españoles, en Santiago de Chile un 14 de diciembre de 1894.

Antiguo Conservatorio del Teatro Liceo de Barcelona
La familia se trasladó a España y fue en Barcelona, tierra de su madre, donde fijaron su residencia. Su padre, que era músico, le hizo estudiar solfeo para más tarde inscribirle en el Real Conservatorio del Liceo y en la Escuela Municipal de Música.

Su enorme predisposición le hizo obtener notas brillantes. En 1914 le nombran profesor del conservatorio del Liceo. Su creatividad es incesante y sus amplios conocimientos le valen ser reconocido como gran erudito musical. Sus obras instrumentales son numerosas: sonatas, suites, sinfonías, zarzuelas así como composiciones vocales y teatrales. Vamos a tener la oportunidad de escuchar a la sublime mezzosoprano Conchita Supervía que canta la zarzuela de Zamacois “Rey y Señor”.

                                

Conchita Supervía

Interior del Teatro Colón de Buenos Aires

"La  Supervía" en una ópera flamenca















Conchita Supervía en 1928
 Cumplidos los 15 años debutó en el Teatro Colón de Buenos Aires en un papel secundario.Ya no dejará de trabajar contratada por Goula, que había sido uno de sus profesores de canto. Roma, Bari, La Habana… y siempre cosechando grandes triunfos. Conchita lo tiene todo: simpatía belleza y, sobre todo una excelente voz; pero dejemos al experto describirla: “Amén de sus excepcionales dotes vocales que le permitían gran velocidad en la coloratura y un dominio de los matices sonoros y tímbricos, el valor histórico de la Supervía fue rescatar para la cuerda de mezzosoprano de coloratura las tres máximas heroínas de Gioachino Rossinmpuestas originalmente para mezzosopranos, habían sido adulteradas por la imposición (Rosina de El barbero de Sevilla, Angelina de La Cenerentola e Isabella de L'italiana in Algeri)  de otros modelos estilísticos posteriores siendo cantadas por sopranos ligeras o canarios ante la virtual extinción de la mezzo de coloratura.
Exacta en el fraseo y la intención, su exagerado uso del vibrato le valió críticas adversas, no obstante es su restauración filológica del belcantismo rossiniano su mayor contribución al mundo de la lírica”. Nada hacía presagiar que una tragedia truncaría prematuramente la vida de Conchita Supervía Tras su matrimonio en 1931 con el industrial británico Benjamin Rubinstein se estableció en Londres. Al quedarse embarazada cuatro años después, tuvo que interrumpir sus actuaciones por indicación médica. El 30 de marzo de 1936, tras dar a luz un niño que nació muerto le sobrevino una infección letal que acabó con su vida. Tenía 41 años Permitidme un flash back para presentar una escena perteneciente a la película “Eversong” rodada en 1934.

                          


Partitura Original de "Nena"
 Sin duda, Conchita Supervía tenía un enorme carisma, personalidad y, desde luego, poderío. Volvamos con Zamacois para contar una anécdota curiosa. Pese a su reconocido talento, la situación económica no mejoró hasta que compuso la música de “Nena” (os confieso que es mi cuplé preferido). Esta obra menor, en comparación con sus composiciones habituales, sin embargo, le reportó pingües derechos de autor . Zamacois (que hasta firmó la obra como Casamoz, quizás por disimular la autoría) se sentía humillado absurdamente por el triunfo de su cuplé.
  ¡Qué ingrato…! Sus alumnos sabían su malestar así que de vez en cuando alguno, sabiendo que se le llevarían los demonios, le gastaba la broma de cantarle al pasar: “Nena…” Canta Olga Ramos en directo



Habanera y cuplé… una simbiosis perfecta Sarita Montiel, con su innegable imán, es la siguiente intérprete.

Canta el cuplé a ritmo de habanera “Sus picaros ojos” de la inmortal película “El último cuplé”.

Sara Montiel, en la pelicula "Samba"
 
                         

Mi padre, Enrique Ramírez de Gamboa, llamado “El Cipri”, le compuso a mi madre un cuplé-habanera llamado “La yaya”. Mi padre era tan castizo que le alejabas unos kilómetros de Madrid y se moría a chorros. En cierta ocasión, mis padres pasaban el día conmigo y mis mellizos en Collado Villalba, una localidad próxima a la Sierra de Navacerrada, a 40 Km de la capital. Por la mañana, todo muy bien pero por la tarde ya estaba mi padre rezongando que si tenía que comprar el periódico, que si tenía que echar las quinielas, en fin, que si patatín, que si patatán. Harta de escucharle, mi madre cogió su 850 D (que a más potencia no se atrevía, palabras textuales) montó a mi padre y a mis niños en el coche y se encaminó a la estación de Villalba.
Enrique Ramírez de Gamboa, "El Cipri"

En el trayecto que va de Villalba a Madrid mi padre, recordando la imagen de mi madre con sus dos nietos bien aferrados a sus manos mientras se alejaba el tren, compuso “La Yaya” Sólo aclarar que en algunos lugares de España a las abuelas las llaman yayas. Creo que os gustará mucho.


                  


"De Madrid al cuplé"
En este popurrit que grabé hace ya algunos años para el Disco De Madrid al Cuplé, os canto una serie de cuplés-habanera en un arreglo algo rompedor.


               


 La cupletista bilbaína Aurora Jauffret La Goya se trajo de México un cuplé que desde su estreno en España , se perfiló como pieza imprescindible en el repertorio de las intérpretes de la época.

Aurora Jaufrett "La Goya"

Olga María ha compuesto un "ven y ven" al móvil
Aún hoy, El ven y ven (pues de él hablo) es la llave que abre mi espectáculo. Con el telón cerrado, mi pianista ataca las primeras notas. Siguen las cortinas echadas hasta que empiezo a cantar el estribillo es entonces, a los sones de: “Ven y ven y ven, y ven chiquillo conmigo…” que lentamente se van descorriendo… Las coplillas que cantamos no son las habituales, sino coplillas que escribió mi padre y ahora las que yo escribo, como por ejemplo: “El móvil es un invento muy útil y extraordinario pero es el mayor tormento, mi vida, delante de un escenario”

Álvaro Retana, imprescindible autor de cuplé, le llevó a mi madre la siguiente cuarteta: “Qué rico pelo tenías antes de quedarte calvo si yo te pidiera un rizo, mi vida, ¿De dónde ibas a sacarlo”

Camilo José Cela
Álvaro de Retana













Camilo José Cela, cliente habitual de Las Noches del cuplé, le escribió: “Tengo una gata de angora que es una cosa divina Pepín, saca la minina, mi vida, que la vea esa señora” Y es que en el cuplé también tiene uno que renovarse. Por eso quizás, Cela dijo: “Olga hace presente el pasado”.


 El ven y ven que, como dije, se lo había traído La Goya de México, lo pensaba cantar Aurora en su presentación en Barcelona pero Raquel Meller se le adelantó, cantándolo en el Arnau.
Teatro Arnau (Barcelona), en sus orígenes

Vean qué deliciosamente lo interpreta.

Raquel Meller
                      


"El Cipri", Olga y la pequeña Olga María
Cierro este espacio dedicado a la Habanera con el cuplé “Aquel café” que escribí en recuerdo de mi infancia en el Café Universal de Madrid. Lo más emotivo de este vídeo es que se tomó ya en las últimas actuaciones de mi madre. Se hace mención a mi padre El Cipri que, a pesar de ser un gran músico y compositor, supo mantenerse en un segundo plano, porque mi madre era la estrella conformándose, nada menos, con que le cantase sus canciones…

 


¿Me permitís un último cuplé?

Se trata de “Evocación” que mi madre cantó un año antes de morir cuando ya había cumplido 86 años. Lo hizo por amor a su Cipri y porque aún no tenía “arrugas en la voz”

Olga Ramos

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